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La gente habla sobre la gran infraestructura y cultura para caminar, andar en bicicleta y tránsito en los países europeos como las mejores del mundo. Famosos bulevares de bicicletas y multitudes de personas en bicicleta por todas las calles son lo que hacen estos países renombrados. Muy pocas ciudades no-europeas, especialmente en latinoamérica, se encuentran en las listas de las ciudades más amigables del planeta para andar en bici. Por lo general, las imágenes de las ciudades del Sur global que aparecen en las películas y la televisión son imágenes de lugares sucios, mal mantenidos, inseguros, contaminados y superpoblados. Es raro que veamos las imágenes de las enormes plazas peatonales y los metros eficientes. Pero cada vez que regreso a la Ciudad de México, me doy cuenta de lo transitable que es a pie y en bicicleta. También me doy cuenta de que nunca tengo que abrir una aplicación para saber cuándo viene el próximo tren o autobús, porque el próximo siempre está a unos minutos de distancia.
Además de andar en bici, también me gusta mucho la escalada en roca, así que cuando tuve la oportunidad de visitar el parque nacional de la Ciudad de México, Los Dinamos, acepté inmediatamente. Este enorme parque nacional no solo se encuentra dentro de los límites de la ciudad, sino que también puedes llegar al parque en bicicleta. No sabía que existía este parque, aunque soy de la Ciudad de México, la ciudad es tan grande que a la gente le lleva años conocer y explorar en toda su extensión. Mientras mi familia manejaba del Estado de México a la Ciudad de México para poder tomar el transporte público a la entrada del parque, vi varios proyectos nuevos en la ciudad.
Primero, al manejar del estado a la Ciudad de México, noté el Cableblus, que se inauguró en 2019. El Cablebus es un sistema de transporte por teleférico que da servicio a comunidades de bajos niveles de ingresos y para disminuir el tiempo de traslado en ciertas partes de la ciudad. Hay planes para expandir el servicio. Este teleférico no es el primero en el país. En 2016, el Estado de México creó el Mexicable para reducir los tiempos de viaje de varios municipios del estado.
Mientras seguíamos conduciendo, encontramos varias carreteras importantes dentro de los límites de la ciudad que estaban cerradas para los conductores y abiertas para caminar, trotar, patinar y andar en bicicleta. Cuando le pregunté a mi familia qué estaba pasando, me dijeron que todos los domingos por la mañana y por la tarde, la ciudad peatonaliza las carreteras principales. Aunque sabía sobre este proyecto de ciclovía/calles abiertas en la Ciudad de México, es raro leer sobre el proyecto, y es impresionante cuánto se ha desarrollado en los últimos 14 años. Este sistema conectado tiene un promedio de 50.000 personas en un solo domingo.
Los objetivos de este programa, Paseos Dominicales Muévete en Bici y Paseos Nocturnos, son aumentar la actividad física para la salud y el bienestar, promover la educación pública sobre el ciclismo, lo que incluye permitir que las personas desarrollen la confianza para usar una bicicleta como medio de transporte, y promover el uso de bicicletas como una forma sostenible de transporte y recreación. Este programa es dirigido por la Secretaría de Movilidad, pero comenzó bajo la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México en mayo de 2007, inicialmente peatonalizado una de las carreteras principales de la ciudad que se llama Paseo de la Reforma. La ruta original era de 6,2 millas (10k). En 2014, cuando Chicago termino su programa Calles Abiertas debido a problemas de financiación, la Ciudad de México agregó más y más calles al suyo. Hoy, el programa incluye más de 31 millas (50k) de la ciudad. Esta implementación solo se encuentra en la Ciudad de México. Otras ciudades mexicanas como Guadalajara, Mérida y Puebla también tienen ciclovías.
Además de la expansión del programa y la expansión de vías ciclistas por parte del gobierno de la Ciudad de México que sin duda han aumentado el uso de bicicletas en la ciudad, noté que hay bicicletas eléctricas en las calles. Estas bicicletas eléctricas no pertenecen al programa de bicicletas compartidas Ecobici, que comenzó en 2010 y agregó bicicletas eléctricas en febrero de 2018.
Estas bicicletas eléctricas pertenecen a una empresa emergente mexicana llamada DEZBA, que comenzó a lanzar bicicletas eléctricas en la Ciudad de México en 2019, junto con las bicicletas eléctricas JUMP de Uber. Hoy, DEZBA ebikes es el único otro programa de bicicletas eléctricas compartidas que opera legalmente en la ciudad, aunque el sistema se limita a unos pocos vecindarios. Sin embargo, hay varias otras empresas que han introducido bicicletas eléctricas desde que comenzó la pandemia. Ecobici también ampliará estaciones y bicicletas a principios de 2022 hasta 2024. Será interesante ver cuando las bicicletas eléctricas comienzan a ser un medio de transporte más común en la ciudad.
En más noticias buenas de transporte, aprendí que el Metrobús en 2018, el rápido y confiable sistema de autobuses, expandió, agregando una séptima línea a su sistema, y también agregó autobuses de dos pisos a su flota para atender a más personas. Metrobús, que opera casi como un tren, ha ayudado a aliviar los viajes diarios y la congestión durante los últimos 17 años. Se estima que 1,8 millones de personas utilizan el sistema a diario.
El Metro de la Ciudad de México todavía necesita mejoramiento, actualización y expansión. El año pasado, un tramo elevado del Metro se derrumbó debido a deficiencias en la construcción y provocó fallas estructurales, matando a 26 personas e hiriendo a otras 79. Este trágico incidente reveló la desigualdad en el acceso a infraestructura segura y eficiente para ciertas comunidades. Con proyectos de modernización en proceso y un tren que conectará la Ciudad de México con Toluca, la capital del Estado de México, el gobierno promete mejorar los estándares de construcción y seguridad.
Aunque hay problemas que aún se necesitan afrontar para lograr un sistema de transporte verdaderamente seguro, equitativo y eficiente en la Ciudad de México, ya es hora de que el campo de la planificación urbana deje de omitir los éxitos de las ciudades latinoamericanas, como la Ciudad de México, para encontrar técnicas innovadoras para mejorar el ambiente peatonal, del ciclismo y del transporte público.