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Bus Transit

Los retrasos de la CTA están haciendo los viajes al trabajo más difícil

Carlos, un residente de Cicero que depende de la CTA. Foto: Ruth Rosas

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El efecto domino que ha tenido la pandemia a afectado la forma en que nos movemos por nuestras ciudades. Cuando las personas comenzaron a trabajar desde casa y las personas que tenían o estuvieron expuestas a COVID-19 se pusieron en cuarentena, los patrones de movilidad de las personas cambiaron y 2020 fue un año que nunca olvidaremos.

Con la distribución de la vacuna, la gente comenzó a volver a los espacios públicos con más frecuencia, vimos destellos de lo que considerábamos más normal. En mayo de 2021, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) anunciaron que las personas completamente vacunadas ya no necesitaban usar máscaras dentro. Las personas que podían trabajar desde la casa pudieron volver a la oficina, la gente empezó a salir a cenar y a los bares, y volvieron los eventos y festivales de música. Esto provocó más vehículos en circulación, pero también un gran aumento en el número de pasajeros en la Autoridad de Tránsito de Chicago (CTA), que en septiembre de 2021 alcanzó los niveles más altos de pasajeros desde el comienzo de la pandemia.

Con la esperanza de seguir convenciendo a más residentes regresar a los autobuses y trenes, la CTA realizó una promoción de verano llamada "Más diversión, menos tarifa". Las reducciones de tarifas ayudaron a aumentar el número de pasajeros durante el verano, especialmente durante los grandes eventos que regresaron en 2021, como Lollapalooza. En octubre de 2021, la CTA anunció que extendería la promoción del verano y reduciría permanentemente el precio de los pases de viajes ilimitados y eliminaría la tarifa de transferencia de 25 centavos.

CTA promotional fares for Summer 2021.
Las tarifas promocionales de la CTA para el verano de 2021.
CTA promotional fares for Summer 2021.

La CTA también anunció que no habría reducción en el servicio en 2022, tal como dijeron que no hubo cortes en el servicio durante 2020, incluso cuando el número de pasajeros estaba en su punto más bajo. En octubre de 2021, los funcionarios de la CTA dijeron: “[CTA] fue la única agencia de tránsito mayor de EE. UU. que no redujo ni cortó el servicio durante la pandemia para brindar un servicio esencial a quienes más lo necesitaban: los trabajadores de la salud, socorristas de emergencias, trabajadores de supermercados y fabricación y aquellos que necesitan hacer viajes esenciales todos los días al médico, al supermercado y a la farmacia”.

Sin embargo, los usuarios de la CTA han encontrado retrasos y horarios interrumpidos debido a las brechas en el servicio causadas por la escasez de personal. Esto afecta ante todo a aquellos que dependen en el transporte público para ir a trabajar, como los trabajadores esenciales. En abril de 2021, una encuesta mostró las personas que más han dependido en el transporte público son los trabajadores esenciales, las personas que se identifican como Negras y latines y las personas de bajos ingresos. La CTA informó que el 75 por ciento de los pasajeros actuales reportan un ingreso menos de $50,000 y el 38 por ciento se identifican como personas Negras o Afroamericanos y el 15 por ciento se identifican como Hispanos, latinos o de origen español.

Todo esto sirve como un recuerdo que aquellos en poder han creado sistemas desiguales. Por un lado, hay personas que pueden quedarse en su casa y elegir cuándo quieren usar el transporte público y en el otro lado hay personas que dependen del transporte público para su sustento.

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La raza/etnicidad por tipo de pasajero para la CTA.

Los vecindarios de Pilsen y La Villita, comunidades predominantemente de residentes mexicano-estadounidenses, mexicanos, o de descendencia mexicana, cuentan con el servicio de la CTA Línea ‘L’ del tren Rosa y varias líneas de autobús. A diferencia de otras líneas 'L' que han sufrido cortes de servicio de facto durante la pandemia debido a la escasez de trabajo, la Línea Rosa fue una de las líneas que no sufrió un cambio tan grande a el servicio. Sin embargo, los residentes me dijeron que actualmente los trenes de la Línea Rosa funcionan con retraso, y las pantallas del Train Tracker (el sistema web para rastrear los trenes) no son dan confianza como antes - más sobre esto en un momento.

Al ingresar a las estaciones de tren de la CTA, el Train Tracker muestra una alerta al pasajero que indica que la disponibilidad del personal se ha visto afectada por COVID y los tiempos de espera pueden ser más largos de lo habitual. Según el sitio web de la CTA, esta alerta se publicó el domingo 9 de enero y la fecha de finalización está por determinarse. Esto probablemente se deba al brote de la variante de Omicron, más fácil de transmitir, que afectó a Chicago el mes pasado.

Photo: Ruth Rosas
Una alerta al cliente sobre los retrasos de la CTA en una estación 'L'. Foto: Ruth Rosas
Photo: Ruth Rosas

Soy una persona que depende en el transporte público, y me he quedado esperando autobuses y trenes, sin poder obtener una hora de llegada precisa. Una noche en diciembre, alrededor de las 6 p.m., me iba a mi casa hacia el lado suroeste desde el aeropuerto. Acababa de bajarme de la Línea Azul-Clinton y quería tomar el autobús #157 Streeterville/Taylor que llega hasta la Línea Rosa-Pulaski. Cada vez que miraba la CTA Bus Tracker (el sistema para rastrear los autobuses), decía que el autobús estaba a 15 o 20 minutos de distancia. Pero cuando llegaba la hora de llegada, ese autobús desaparecía. Incapaz de saber si el autobús realmente vendría, y sin poder subirme a una bicicleta porque tenía equipaje, comencé a pedir un viaje en Uber o Lyft. Ambos conductores cancelaron, lo que también se ha vuelto común durante la pandemia. Por suerte, llegó el autobús y pude llegar a mi casa. Había esperado una hora y 45 minutos para que llegara un solo autobús.

Otros residentes de los vecindarios del suroeste compartieron anécdotas similares. Entrevisté a Fabián, un hombre que es sordo y depende de la Línea Rosa para llegar al trabajo, toma el tren en la estación de Central Park Avenue. Dijo que ha tenido que esperar más de 20 minutos muchas veces en el frío por un tren.

Otro usuario de CTA me dijo que los retrasos han sido peores últimamente y que ya no confía que los rastreadores sean precisos. Espera conseguir un automóvil para poder dejar de usar el CTA.

Carlos, un residente de Cicero, que ha trabajado en Hermosa durante los últimos ocho años, dice que ha visto un aumento en su tiempo de viaje desde que comenzó la pandemia. La mayoría de las veces usa los autobuses #60 Blue Island/26th y #53 Pulaski para ir y volver del trabajo. Dijo que el autobús #53 se retrasa más frecuentemente, en comparación con el autobús #60. Si pierde el autobús, puede esperar más de 30 minutos para el autobús #53. Las demoras son especialmente largas en las horas que los niños van y vienen de la escuela, especialmente en la tarde cuando, “a veces son 30 minutos, a veces son 45 minutos, y a veces llegan 2 o 3 autobuses juntos.”

Los trabajadores de tránsito son personas más afectadas por las infecciones de COVID-19. Durante la pandemia, los operadores de la CTA también han sido frecuentemente víctimas de la violencia, y se han solicitado más protecciones para elles. Es claro que los empleados de tránsito necesitan mejores mecanismos de seguridad y mejores condiciones de trabajo.

El puesto de un operador de la CTA es un trabajo sindical en cual le pagan un salario de clase media (los conductores de autobuses de medio tiempo actualmente comienzan en $23.44 por hora), merecen un salario más alto por el trabajo esencial y exigente que realizan. La atrición en la agencia de tránsito refleja la tendencia creciente que los trabajadores en EE. UU. están cansados de ser devaluados y de no tener seguridad suficiente en el trabajo. También necesitamos mejores políticas que ayudan a prevenir las infecciones de COVID-19, especialmente para aquellos que han mantenido nuestra ciudad funcionando durante el trastorno que hemos vivido en los últimos 22 meses. Si no, la cantidad de pasajeros, los ingresos y los niveles de servicio del transporte público caerán aún más por que los clientes actuales abandonan un sistema de poca confianza.

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